La energía solar absorbida por la Tierra en el periodo de un año es equivalente a 20 veces la energía almacenada en todas las reservas de combustibles fósiles de nuestro planeta y diez mil veces superior al consumo anual actual de todo el planeta. El sol es la única fuente de materia orgánica (a través del proceso de fotosíntesis) y de energía vital de la Tierra, y aunque a veces nos pase totalmente desapercibido, ya hoy estamos utilizando masivamente la energía solar, en forma de alimentos o biomasa (leña), además de las ya experimentadas instalaciones de energía solar térmica o fotovoltáica.
Los mismos combustibles fósiles, cuya combustión está en el origen del deterioro ambiental (calentamiento global, huella de CO2), no son otra cosa que energía solar almacenada a lo largo de millones de años. La fotosíntesis es el uso más importante de la energía solar, y la única fuente de materia orgánica, es decir, de alimentos y biomasa.
Aunque todas las fuentes energéticas, salvo la geotermia profunda y la nuclear, proceden del sol, en su acepción actual el término solar tiene un significado restringido al empleo directo de la energía del sol, ya sea en forma de calor o de luz.
Amanece todos los días y el sol seguirá enviándonos ingentes cantidades de energía, ajeno al aprovechamiento que podamos hacer de ella. Su mayor virtud es también su mayor defecto, al tratarse de una forma de energía difusa y poco concentrada, y de ahí las dificultades que entraña el aprovechamiento directo de la radiación solar, en una sociedad en la que el consumo de energía se concentra en unas pocas áreas industriales y grandes metrópolis. (sólo hace falta ver una fotografía nocturna de la tierra desde el espacio para comprobarlo).
La distribución de la irradiación global media media registra grandes variaciones geográficas, pues va desde 2.000 Wh/m2 y día en el norte de Europa hasta los 5.500 Wh/m2 en el sur de Europa o los más de 8.000 Wh/m2 en el desierto del Sahara.
Igualmente importantes son las variaciones diarias y estacionales de la irradiación solar, y sus dos componentes, la radiación directa y la difusa.
(La radiación directa es la recibida del sol cuando el cielo está despejado, y la difusa la que resulta de reflejarse en la atmósfera y las nubes).
Algunos equipos utilizan ambas, y otros sólo la directa, como es el caso de las centrales de torre.
El aprovechamiento de la energía solar puede ser indirecto, a través del viento (eólica) y la evaporación del agua (hidráulica), entre otras, o directo, mediante la captación térmica activa o pasiva o la conversión en energía eléctrica mediante células fotovoltáicas.
El aprovechamiento de la energía solar puede ser indirecto, a través del viento (eólica) y la evaporación del agua (hidráulica), entre otras, o directo, mediante la captación térmica activa o pasiva o la conversión en energía eléctrica mediante células fotovoltáicas.
Los únicos impactos negativos se podrían dar en el caso hipotético de grandes centrales solares en el espacio, y en menor medida en las centrales de torre central, debido al empleo en éstas de sustancias potencialmente contaminantes, utilizadas para la acumulación y transmisión del calor.
Otro posible efecto es el uso del territorio, debido a las grandes superficies requeridas, aunque un país como España podría resolver todas sus necesidades de electricidad con apenas 1.000 km2, el 0,2 % de su territorio.
Arturo Martín
CEO
Global Green Ingenieros S.L.
Edificio ARIETE.
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Parque Empresarial PISA
E41927 Mairena del Aljarafe.
Sevilla
Spain
(www.grupoglobalgreen.es)
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